Buenas noches. He encontrado, como otras veces gracias a las redes sociales, un programa de "La aventura del saber" realizado por RTVE y dedicado al trabajo realizado por el profesor de Física y Química del Colegio San Diego y San Vicente de Madrid, trabajo que se llama "Physics on the go"
La directora del centro nos explica, en su intervención ante las cámaras del programa, que en su centro han optado por incluir metodologías abiertas en los que los alumnos son protagonistas de su aprendizaje, incluyendo las TIC's en el aula, y en concreto, los dispositivos móviles personales, smartphones y tablets en todas las materias.
A continuación, César Poyatos (a quien sigo en twitter @cpoyatos) , profesor de Física y Química en el centro y responsable del proyecto, nos hace una introducción al trabajo realizado y la metodología empleada (aprendizaje basado en resolución de problemas). Los alumnos también comparten con nosotros su opinión sobre el trabajo realizado en clase y las ventajas que para ellos, tiene esta metodología. Recomiendo verlo (lo añado al final de la entrada).
Esta entrada surge porque, conversando con mi esposa, maestra de educación física y tutora de primaria, sobre el problema de la falta de interés de los alumnos que tenemos, el fracaso escolar, la desmotivación existente en las aulas... llegamos a la conclusión de que estamos muy condicionados por el uso del libro de texto en el aula. Y aunque no sea la única razón, de las restantes que surgieron en la conversación no podemos hacernos cargo.
No pretendo hacer único responsable al libro de texto; ha sido y es una herramienta que al profesorado le ha dado mucho juego en el trabajo diario con generaciones y generaciones de alumnos. Yo mismo pertenezco a ese grupo (tanto como profesor que lo usa como alumno que lo ha usado), pero me planteé dejarlo de alguna forma, o por lo menos, no sacrificar tanto tiempo en el aula con él. Si eso requiere convertir al profesor en generador de materiales para su clase, ya sabemos que no todo el profesorado está dispuesto a hacerlo, como tampoco todo el profesorado se va a negar a hacerlo, ya sea por convencimiento, por falta de preparación o tiempo, o como resultado del más puro análisis de la realidad que le rodea día a día. Si cada año que pasa, somos testigos de cómo el alumnado va perdiendo interés (aunque afortunadamente eso no siempre es así, todavía hay esperanza), ¿no es ese un indicador de que las metodologías usadas hasta la fecha, en muchos casos, no pueden centrarse en el libro de texto aunque sea éste uno de los múltiples cambios que debemos realizar, fruto de nuestro análisis?
Un ejemplo de lo difícil que es poner en práctica esto, es el mismo descontento que los alumnos (o los padres de tus alumnos) te manifiestan cuando te dicen "¿...y para qué me he traído el libro si no lo usamos?" "¿para qué se le ha pedido a mi hijo este libro?" señal de que lo que digo no es tan fácil como aparenta.
Pensar en un modelo en el que el libro sólo sea un apoyo en el aula y no la fuente de todo conocimiento lo ha provocado constatar la diferencia que observo entre mis hijos y yo mismo a su edad. Entre nosotros hay un "abismo en la abundancia de información, sus fuentes y la gestión que hacemos de ellas". Me refiero con estas palabras a que mientras yo acudía al colegio y éste era fuente de todo conocimiento (hace más de treinta años), donde podíamos obtener mucha información de los docentes y nuestros mayores, aparte de los libros que tuvieras en casa, ahora cualquier chico/chica tiene tal cantidad de información a su disposición, desde múltiples fuentes ajenas a lo que he descrito antes (al centro educativo e incluso a su hogar) que tal saturación precisa una respuesta por su parte del tipo "corto ya", postura en la que algunos se afincan para siempre.
No somos responsables de esa saturación, aunque voces interesadas nos hagan responsables del desinterés y falta de motivación del alumnado (ni lo comparto, ni tan sólo me lo planteo aunque reconozca que el desinterés y falta de motivación se transmite de un profesor, que se encuentre en esa situación, a sus alumnos con extraordinaria rapidez y facilidad).
Soluciones, no pretendo darlas. Sí me permito compartir aquí el vídeo de César Poyatos, como ejemplo de trabajo motivador en el área de ciencias, para contrarrestar esa desmotivación. Hay otras propuestas (el aprendizaje basado en problemas -ABP- el aprendizaje basado en proyectos -APP o PBL en inglés- la clase invertida -the flipped clasroom-. En las redes sociales hay muchos grupos dedicados a comentar las experiencias de los docentes que las ponen en práctica, así como webs con recursos por materias.