viernes, 31 de julio de 2009

Un pensamiento

Un Ser Humano debería ser capaz de cambiar un pañal, planear una invasión, despiezar un cerdo, ensamblar una barca, diseñar un edificio, escribir un soneto, hacer un balance, levantar una pared, expresarse en otro idioma, remendar un hueso roto, confortar a un moribundo, obedecer órdenes, dar órdenes, cooperar, actuar en solitario, resolver ecuaciones, analizar un nuevo problema, esparcir estiercol, manejar un ordenador, cocinar una comida sabrosa, sufrir con entereza, luchar eficientemente.

La especialización es para los insectos.

-- Robert A. Heinlein

Quería compartir con vosotros este texto que he encontrado en la red. No es un texto que yo haya descubierto (aunque Heinlein es un autor que he tocado) leyendo un libro. Me lo he encontrado porque tengo una nueva afición (que no sé si podré seguir con ella, pero que por ahora me satisface), que es el tiro con arco.

Pues bien, en esta página de artes marciales donde se trataba el tiro con arco, me he encontrado este pensamiento que me ha gustado. Todos nosotros deberíamos saber hacer muchas cosas, no para competir con otros en su realización, sino por que nuestra vida y la de los que nos rodean fuera mejor.

Y os pongo un ejemplo. Siento miedo al pensar que alguna vez (espero que nunca) alguien se viera necesitado de auxilio por un accidente y tuviera que asistirlo lo mejor posible... sin saber como hacerlo. Ya he pasado por ello en mi casa. Mi hijo mayor se atragantó con un caramelo siendo pequeño y nunca supe como se lo saqué de la garganta (se asfixiaba), pues no hice nada de forma consciente, sólo fui un manojo de nervios durante unos segundos que no recuerdo demasiado bien.

Si. Alguno de vosotros pensará que eso se arregla con un buen curso de primeros auxilios y estoy de acuerdo. Pero... y el resto de cosas que podríamos saber y que nunca aprenderemos porque no les prestamos un poco de atención (porque os aseguro que no encontraréis un curso exprés de todo lo que os podáis imaginar que se puede aprender). En nuestra vida diaria podríamos aprender un montón de cosas simplemente con observar un poco más atentamente lo que nos rodea, escuchar un poco más atentamente a quien nos habla y meditar un poco más de tiempo lo que vamos a decir y no soltarlo fuera de lugar o tiempo.

Nos beneficiaríamos todos.