martes, 14 de febrero de 2017

El papel viejo es amarillo.

Hace relativamente poco descubrí la página Cuadernos de Cultura Científica (sí, ya sé, 😔, mal, muy mal) y gracias a ella he podido leer este artículo sobre el papel y sus características. Me ha sido útil para recapacitar sobre mi "repulsión" hacia los libros en papel. En mi descargo os diré que no se debe a inapetencia lectora, sino a un problema alérgico que hace que el proceso de envejecimiento natural de un libro (en lo referente a la acumulación de polvo, ácaros y sus deposiciones) me resulte desagradable al olfato y al tacto (aunque a veces me sobrepongo, sobre todo si es para leer mis favoritos). 

Cuando cojo un libro antiguo (no me gusta decir viejo ni a las personas ni a los libros, aunque decirle antigua a una persona tampoco queda muy bien, mejor lo dejamos en mayor) mis manos y mi nariz sufren una transformación muy desagradable para mí. Este es el motivo por el que soy usuario de dispositivos electrónicos para leer y a veces hasta para escribir. Para ver algún método de mantenimiento de libros, podéis ver estos enlaces:

Combatir los ácaros de los libros

Cómo eliminar ácaros del papel

Los libros de más de 10 años son un auténtico peligro, advierten científicos rusos

Sensibilización laboral por exposición a ácaros (I): ácaros en el ambiente laboral

Ya me voy por las ramas. En este artículo de "Cuadernos" se explica la verdadera naturaleza del papel, con su desarrollo tecnológico en la historia hasta la actualidad. Es muy interesante desde el punto de vista de la durabilidad de los libros. Lo digo porque ya hay artículos en la web que advierten sobre los soportes digitales (dígase CD's) que dependiendo del tiempo que hace que se hayan grabado, ya pueden estar en peligro de borrarse.

el proceso de envejecimiento natural cambia la tonalidad de los colores