Para la actual situación, en la que una nueva Reforma Laboral nos ha dejado un panorama poco alentador para los españoles que actualmente están trabajando, peor para los que quieren incorporarse por primera vez a él, y mucho peor para los trabajadores que han agotado su prestación por desempleo, he recordado dos términos de nuestro idioma que en nuestro diccionario están bien diferenciados. Me refiero a oir y escuchar.
Siempre he entendido que ambos términos, si bien se refieren a lo mismo, se les reconoce una diferencia fundamental, la voluntad del ser humano. En este enlace que incluyo he encontrado esa diferencia a la que me refiero, una diferencia que prefiero sea explicada en manos de otra persona, en este caso en el blog de Alberto Bustos . Baste decir que, para todo, hay que poner voluntad.
Aplicada a la situación actual, de crisis económica, de grandes sacrificios que se dice deben hacer unos muchos (vds. y yo), de muy pocos sacrificios por parte de unos pocos que podrían hacer mucho (dígase banca y demás grandes fortunas que no tributan en algunos casos ni en su país), y con una clase política a la que todavía no se le ha visto dar un paso al frente en lo referente a dar ejemplo de austeridad (dígase los que se han ido y los que acaban de llegar, que hasta ahora sólo han sido austeros con el dinero de todos, no con sus salarios) podríamos decir, lamentándolo mucho, lo siguiente:
"gran parte de nuestra sociedad oye que se habla de la Reforma Laboral, oye que habrá muchas personas que se verán afectadas, oye que la economía va mal, pero esa misma sociedad no escucha cuando se le dice que la Reforma Laboral esta diseñada a medida de una pequeña parte de la sociedad y no de los trabajadores (que somos todos), que con ella muchos jóvenes españoles se van a ver afectados pues no podrán alcanzar el nivel de vida de sus padres, ni tendrán la cobertura social que hemos disfrutado unas cuantas generaciones de españoles (españoles que han luchado por ella, nadie se las ha regalado), ni tener derecho a un trabajo y un salario dignos, jovenes que no saben cuando su futuro laboral les va a permitir independizarse de sus hogares"
Mañana tenemos una cita, todos los que escuchamos, hay que luchar por el futuro de nuestros hijos. El futuro nos está esperando y no podemos quedarnos dormidos.