jueves, 21 de enero de 2010

Hornos solares

Hornos solares.


En mi grupo de Enseñanza de Adultos hemos trabajado los distintos tipos de energías y en concreto de la energía solar como energía renovable. Pero se nos olvidó tratar el tema desde el punto de vista del aprovechamiento inmediato de la energía solar.


Comentamos el caso de esos depósitos de agua con paneles solares, que se ven en algunos áticos y viviendas independientes, de forma que se aprovecha de forma inmediata la energía solar para calentar el agua de la vivienda. Por contra, comentamos que una instalación en el hogar, más sofisticada, que pretenda obtener la energía eléctrica que necesita una vivienda pasa por una gran inversión económica y además con impedimentos técnicos que no hacen viable salvo en extraordinarias ocasiones su uso para esos menesteres.


Pues bien, este mes he leído en la revista de enero de National Geographic España un artículo sobre hornos solares. Aquí tenemos, pues, una nueva aplicación inmediata de la energía solar. Comenta el articulista (Marc Silver) los lugares en este planeta donde es rentable usarlo, algo que ya podéis intuír por no necesitar energía eléctrica. Como muy bien indica, el combustible es gratuito y la contaminación cero (no se necesita madera o combustibles fósiles para hacer la comida en zonas del planeta deprimidas tecnológica y económicamente).



Los números cantan. Puede encontrarse a partir de 75 € (pueden estar subvencionados, como ocurre en aldeas de Chile y en países en vías de desarrollo).


A la izquierda, modelo de horno solar. Más abajo, un hotpot, fabricado con paneles de aluminio y un recipiento negro dentro de un cuenca de cristal. Este modelo puede alcanzar los 1549 grados centígrados (alrededor de 67 €).



También podemos construirnos uno (ya lo comentamos ayer en clase), empleando una caja de cartón de las que tienen solapas, forradas interiormente (incluida las solapas) de papel de aluminio (las solapas inclinadas alrededor de unos 60º ). Dentro introducimos otra caja (ésta sin solapas superiores) de menores dimensiones y pintada de negro en su interior. Entre la caja más externa y la interna introducimos periódicos, serrín o hierba que nos servirán como aislantes. Ya para poder cocinar en su interior introducimos una olla negra con tapa de cristal, y un termómetro para controlar la temperatura. Ya por último ponemos una tapa de cristal a la caja o de plexiglás para permitir que pasen los rayos del sol y no deje salir el calor.